Los acordes de guitarra de la canción "Ráfaga - Muero de frío" los podés encontrar abajo en la letra de la parodia.
Letra : Me Dicen K-Yaaate - Muero de calor
@medicenkyaaate Para todes les treintrañeres #parodia #cancion #musica #humor #medicenkyaaate #asereje #treintañeros #treintona #treintones #treintokers #treintonesentiktok ♬ sonido original - MeDicenKyaaate
Poco tiene que ver con la pelicula "El ulimo de los Moicanes" por dos razones principales...
1 Está ambientada en Maldonado, Uruguay (por si no saben donde queda Maldonado)
2 Al director de la película le pagaban, por lo tanto tubo que esforzarse un mínimo en conocer de historia y escribir un buen guion; como a mi no me pagan sinceramente me chupa un huevo que ·El último de los Charrúas· carezca de rigor histórico y mucho menos que al publico le guste.
Ahora bien, si después de esta aclaración quiere seguir leyendo tengo dos cosas que decirle nuevamente...
1 Aproveche su tiempo en algo mejor, como bajarse de Internet los capítulos viejos del gran hermano 2007 y mirarlos otra vez por ejemplo. Esta historia la escribí como en el 2008.
2 No voy a dejar mi email para que me manden criticas o insultos porque no me hago responsable de su perdida de tiempo.
El último de los Charrúas
Esta historia sucedió hace bastante tiempo, en esos tiempos dorados donde en Maldonado era, gracias a Antia, un mundo aparte; yendo rumbo a la barra podías ver las luces sublimes de "La City" (era un boliche que queda en el local "La Morocha" que ya cerro hace un tiempo); por otra parte, yendo rumbo al centro de Maldonado podías escuchar la música retumbar al ritmo de las primeras cumbias villeras en "Totem"(otro boliche que también cerró).
Quizás se pregunten "porque cerró?", y yo, como fan numero uno de Antia les digo : porque se fue Antia... Antia fue el Jesucristo de los Fernandinos, hizo milagros por aquí y por allá, pero bueno, no quiero meterme en política...
En esos tiempos de gloria lo único que me importaba era conseguir la manera de entrar a "La City", ya que era menor de edad y mi cara de niño de 12 años no me favorecía mucho que digamos; la única estrategia que no habia provado en esos 3 o 4 meses que duro mi misión, fue la de quedarme en la puerta tomando cerveza (porque en ese entonces creía que tomar alcohol era para gente grande); luego de hacerme ver por todos los patovicas, termine mi botella de "Doble Uruguaya" y me mande como si nada haciéndome el canchero, aunque bacilando un poco; de repente una mano que media 30 o 40 cm cuadrados me golpeó en el pecho y me mandó 20 cm para atrás: era un patovica pelado al cual hasta el día de hoy le tengo rencor, pero sigo esperando mi revancha... Mujajajaja!
Frustrado por no haber podido entrar, me asome a la playa o al riachuelo (Nunca supe bien que es esa agua que corre debajo del puente-loco de la barra) y de repente escuche un sonido en el agua que parecía ser un bote
-Un pescador- Pensé, y mientras se acercaba aquella sombra me di cuenta que algo estaba por cambiar completamente mi vida.
Ese pescador remaba en una canoa, y a pesar del frió que hacia esa noche, el andaba en slip mostrando su musculatura (Aunque debo admitir que estaba medio fuera de forma el flaco).
Continuo acercándose hasta llegar a la orilla :
- La pucha! Mucho frió hacer hoy!
Grito con voz de indio cuando se congelo los pieses (porque puso los dos) en el agua.
A medida que se asomaba, el resplandor de la luna dejaba entrever su rostro... No soy muy buen descriptor asi que se las voy a poner fácil, imaginense a Facundo Arana con 30 cm mas (de altura, no te vallas pa'l lado de los tomates!), morocho, pelo negro, barba negra y caminando medio chueco y en calsonsillos.
Ya el alcohol había hecho su efecto en mi parte social y comencé a hablarle con el acento montevideano que me caracterizaba en ese entonces, el hombre parecía no entender y de repente vi que estaba colgado escuchando la música y comenzaba a moverse de a poquito.
Yo le seguí hablando hasta que me di cuenta de que no me escuchaba, estaban pasando el tema "Agachadita" de "Chocolate" y al llegar al estribillo, lo vi agacharse meneándose sonriendo.
- Emmm... Flaco...
Le dije; pero el seguía bailando.
- Che!
Le grité. Y de repente subió y parecía que me quería escuchar.
- Que te parece si entramos?
Pregunté.
- Entrar donde, piel-blanco-teta?
Dijo el sin parpadear.
- Que te pasa boludo de mierda???
Le dije ofendido profundamente.
- Epa epa, bajar un cambio tu, nene-de-mama!
Me respondió con cara de indio malo.
- Bueno la verdad que no se que te picó, el tema es que yo voy a entrar, venís?
Pregunte.
- Si, yo acompañar a joven-con-cara-de-banana.
Dijo.
Y así callimos en la puerta y deje que el pasara adelante, yo pensaba mandarme por debajo de las piernas de mi nuevo compañero de aventuras (estas ultimas frases sonaron un poquititin gay, no?)
A 1 metro de distancia pude ver que discutía con el patovica, mientras este ultimo señalaba las partes intimas de mi compañero... Entonces me di cuenta de que no podía entrar a una discoteca de calzoncillos (encima, ahora a la luz me daba cuenta de que era una tanga de cuero... Machazo mi amiguito...)
Se dio media vuelta y vino hacia mi :
- Yo no poder entrar... Caras-de-verga-gigantes no dejarme entrar!
Dijo de nuevo con cara de indio malo.
- Bajonnn... Bueno que te parece si vamos a Totem?
Le dije para tratar de consolarlo.
- Totem? Tu invitarte solo a ver Totem de mi carpa?
Dijo riéndose.
- Eh? Que metés flaco?
Respondí confundido.
- Expicar tú, ojos-rojos, a queTotem querer ir.
Preguntó interesado.
- Al de Maldonado, Facundo-Arana-brasilero
Dije, mientras con ese sobrenombre comenzaba mi venganza por todas las comparaciones que me habia hecho.
- Oki doki, mi nombre ser Figauru', yo ser el ultimo descendiente de los Charruas.
- Si yo soy, Manuel, hijo no reconocido de Batlle... Dale camina chistoso...
Y así comenzó nuestra caminata hacia el glorioso baile...
En el camino me contó su historia, pero ya el vino había hecho estragos en mi cabeza y sinceramente solo recuerdo que era muy triste.
2 horas de caminata después llegamos al destino.
- Aqui estamos, Figauru'
- Oki doki... Entrar nosotros!
En Totem podías entrar desnudo igual... A nadie le importaba... Solo una persona noto la presencia del Charrúa en tanga: un flaco de gorra que le mangueó unos pesos pa'l vino, le dijo un par de malas palabras por habérselos negado y le mangueó a otro que estaba pasando detrás nuestro.
Finalmente, en un descuido del patovica me mande por debajo de las piernas de Figauru' y "voila!" : estábamos adentro!
En el baile sonaba fuerte en los parlantes el "Uka Shaka" de "Nietos del Futuro".
El Indio solo camino 3 metros bailando y ya tenia a una rubia sin dientes frotándose la cola en el slip de cuero de Figauru'.
- Totem de Maldonado ser muy bueno!
Dijo con una sonrisa de satisfacción de oreja a oreja.
De repente, en un abrir y cerrar de ojos desapareció con ella y yo quede solo... Unos segundos después... "Patatum!"... Caí seco al piso desmayado, victima del alcohol y el calor del baile.
Luego, solo recuerdo haber despertado en la cardiomóvil con un par de agujas que me suministraban suero.
- Donde estoy?
Le pregunte con cara de preocupación a una enfermera rubia sin dientes que me parecía conocida.
- Tuviste un coma etílico.
Dijo sonriendo un personaje que estaba detrás de la doctora.
Moví mi cabeza para poder ver mejor quien me hablaba...
No soy muy buen descriptor así que se las voy a poner fácil, imagínense a Facundo Arana con 30 cm mas (de altura, no te vallas pa'l lado de los tomates!), morocho, pelo negro, barba negra, caminando medio chueco y vestido de doctor.
El ocio nunca es buen consejero. Resulta que estaba ahí, sentado en una silla de plástico en el medio de una cancha de basketball, luego de haberme dado la segunda dosis de una vacuna made in China, esperando 15 minutos por protocolo, por si acaso me moría o me daba algún síntoma raro o picazón. Bueno, picazón no sería raro, ya que entre el poco aseo personal en estos días de trabajo desde casa y la cantidad de mosquitos gracias a la segunda ola de calor de verano... En fin... Cuestión que 15 minutos sentado, mirando la nada, pensando en el todo, me puse a reflexionar sobre el momento histórico por el cual estamos pasando...
Todo un país unido, intentando salir adelante, combatiendo un bichito que ya ni sabemos cómo se llama (¿Covid-19? ¿Sars-no-sé-qué? ¿Coronavirus? ¿La covid? ¿El covid?), que no lo vemos, pero que así como bobeando nos cerró los bailes y nos puso un tapabocas en la cara 24/7. 3 millones y pico de almas con un solo deseo: que Suárez salga pichichi de La Liga. Ah, sí, y aparte, que estemos todos vacunados y podamos volver a la vieja normalidad, que no era lo mejor, pero seguro era más divertida que esta nueva.
Entonces, pensando y pensando fui recorriendo mentalmente los comienzos de la pandemia, recordando aquellas personas que en Italia salían a cantar el himno al estilo opera, recordé la importancia de la música en tiempos difíciles, los momentos en que nosotros mismos en Uruguay nos unimos mediante ella, como cuando en XXX se puso todo el mundo a cantar "Ay celeste regalame un sol" y dije... "Es ahora... Voy a hacer algo histórico y lo voy a hacer viral". No solamente por el hecho de inflarme el ego a base de corazoncitos y likes, sino para darle un mensaje de aliento a mi pueblo, tu pueblo, nuestro pueblo, vues.. Buah, se entendió.
Entonces prendo la cámara, me la apunto desde el piso de modo tal que no parezca que me estoy auto-filmando, me paro de la silla, me bajo el tapabocas de modo tal que lo transformo en un tapapapadas, pongo mi mano derecha sobre mi pecho izquierdo, carraspeo la garganta, levanto la mirada a 45º hacia arriba, como mirando para el aro de basketball y entono las sagradas líneas de nuestro glorioso himno... "Oriental es la..." Bue, supongo que se lo saben, sino se buscan la letra en Internet...
Es entonces cuando la magia debía aparecer: todos reunidos alrededor de una sola melodía, una letra que emana esperanza y patriotismo, un pueblo soberano y orgulloso de sus raíces, cantando con el alma su más sublime hit... Pero no.
Lejos de eso, a medida que iba trascurriendo la canción, las personas se iban convirtiendo en tatú mulita, y se metían cada vez más adentro de sí mismos, como afligidos por un sentimiento de enorme vergüenza ajena.
Miradas al piso, sacada masiva de teléfonos celulares para hacer algo en ese momento incómodo, movimientos de acomodamiento de tapabocas, idas al baño... Todo, menos pararse a cantar el himno.
Nadie me acompañó. Me sentí tan solo como Artigas en Paraguay. Yo que tanto le había dado a esos desconocidos y no supieron adherirse a la causa... Era cantar el himno nomás, no les estaba pidiendo que me recitaran la tabla del 7 de memoria... Pero no. Y ahí estaba yo, parado, estoico, intentando imitar al Zurdo Bessio, cantando apasionadamente el himno del país que me había visto nacer, y que ahora me estaba viendo querer morir.
Luego de cada estrofa, hacía la instrumental con otras voces, para que no pareciera que estaba tan solo... "Que sabremos cumplir... TATARATATARÁ Sabremos cumplir TATARATATARÁ, Sabremos cumplir, Sabremos cumplir, Sabre... (Siempre me olvido y me paso de rosca con los "sabremos cumplir", desde la escuela tengo esa tara)...
-PUUUUMM- (Esta sería como una onomatopeya, corte que de un golpe fuerte, ¿ta?)
-PIIIIIIIIIIII- (Esta es otra onomatopeya, pero de un pitido agudo en el oído)
De repente, logro volver a abrir los ojos y me encuentro en el piso, con dos seguridad arriba mio, intentando manosearme el tapapapadas y a la vez arrastrándome hacia afuera de la cancha de basketball al grito de "¡Ponete el tapabocas que podés contagiar a todos cantando, hijo de puta!" y "¿Te parece gracioso pedazo de idiota? Andá a desafinar a la calle, payaso".
Y bueno, quizás no logré el efecto buscado para mi gente, quizás no logré contagiar lo que deseaba (capaz que contagiar en este contexto no es la mejor palabra elegida), tal vez para algunos no valió la pena terminar con la nariz chorreando sangre luego de ese violento episodio, pero en lo personal, fue una experiencia que hacía más de un año que no vivía, muy similar a ir a un baile y terminar siendo sacado por la gente seguridad... ¡Pucha que extraño la vieja normalidad!
El tamaño SÍ importa, PERO no siempre más grande es mejor. Durante más de un año se reían porque el mio era pequeño. Por lo menos era chiquito, pero lo usaba y mucho... Y tanto uso que le dí, se terminó por sobre calentar.
Cuestión que ahorré y me compré un nuevo termo grandote de 1 litro y ahora quiero que me devuelvan la plata porque me está haciendo mierda los pezones. El pezón izquierdo en realidad.
¿Cómo así? Resulta que no me acostumbro al nuevo tamaño, y como soy muy de juguetear con el termo, me lo subo a la pierna con el pico abierto (como hacía con el otro) y ¡ZAZ!: chorro de vapor en la tetilla zurda. Justo calza el pico rojo del termo con el pitito del pezón, tanto que podría meterselo pa' dentro perfectamente, si no fuera que desde ahí emana una calor que ah-tas-loco.
Un dolor que no se lo deseo ni a mi peor enemigo... Bueno, en realidad sí se lo deseo a mi peor enemigo, ¿pa' que te voy a decir que no si sí?
Cuestión que hora tengo un pezón chiquititito como el de Ricky Martin (ahhhh re que googleaban "Pezón de Ricky Martin" para ver cómo es) y otro pezontotote que parezco la Vaca Lola después de haber sido manoseada por el tambero a las 5 de la mañana.
Y una persona como yo que se cuida el físico y hace dieta y deporte para tener un cuerpo de vernao, no puede ir a la playa así; así que ta, nada, si alguien tiene un corpiño con relleno para prestarme y así dejar de quemarme las tetas por lo menos hasta que me acostumbre al nuevo tamaño de mi termo, se los agradezco en pila.
PD: Les dejo una foto de mi viejo termo chiquito y mi nuevo termo grandote. 300 pesos, 0 km. 399 pesos en realidad, ahora que me doy cuenta, caí en la psicológica.
PD 2: Les dejaría una foto de mis pezones, pero sé que voy a terminar bloqueado por Google, así que queda a criterio de la imaginación de cada uno.
Cuando tenía 6 años quería ser astronauta. O sino, indio Charrúa. Medio que siempre fui de irme a los extremos, pero entre esas perspectivas de vida que tenía, estaba el sueño de irme al espacio.
Lamentablemente, en el país que nací, se me hacía más fácil la segunda opción, por obvias razones. Sin embargo, pese a no haber podido lograr ninguno de mis planes principales (ni los que fui agregando posteriormente), siempre fui muy afín con esas personas que se juegan la vida para ir a otro planeta a hacer quién sabe qué cosa.
Toda esta introducción es solo una excusa para contar porqué me la pasé toda la mañana pensando y diseñando en mi cabeza un traje de astronauta perfecto que elimine los gases de los astronautas.
Porque ta, los ingenieros posta y re salados se pasan horas pensando en cómo va a despegar el cohete, cómo alunizar, cómo respirar... Cosas grosas, importantes. Pero, ¿alguien se puso a pensar seriamente qué sucede cuando un astronauta se raja el orto de un pedo adentro de ese traje? Yo sí. Toda la mañana tirado en la cama pensando en eso. ¿Cómo se echan gases los astronautas? No pude volverme a dormir.
Imaginé qué hubiera pasado si Uruguay fuera un país avanzado en la materia y mis padres en vez de decirme "No vas a llegar a nada, pedazo de burro", me hubieran dicho "Tú puedes llegar adonde quieras, con mucha fortuna y mucha fe en Dios" y en vez de sacrificar a una pobre perra como Laika, hubieran aprovechado a mandar a un idiota humano y hubiera pasado el casting.
Y entonces, luego de muchos entrenamientos con sesiones de media hora con gravedad cero y probando un prototipo de nave y la mar en coche (o el espacio en cohete) llega el gran día.
Llegás y antes de subirte te sacan el termo, el mate y el paquete de yerba.
-Houston, ¿porqué nadie me dijo que no podía llevar el mate de viaje? La puta madre los dolores de cabeza que me van a dar... Suerte que me vine tomando mate en el bus desde Maldonado....
Arranca el cohete, ta, toda la parte técnica que ni idea cómo es y tampoco es lo importante.
Mientras voy a toda velocidad para arriba ya arranca la vejiga a explotarme del último mate que me tomé... Pero tengo que esperar a salir de la zona de turbulencia 2 horas después para poder recién ir al baño que pensaron los investigadores y que consta de símil-water con tapa y un agujero a medida para hacer el uno y un símil-water con bolsitas ziplock para hacer el dos.
Descargo finalmente el pichicito, tiro la cadena, miro por la ventanilla y admiro románticamente el cloro flotando por la eternidad del espacio infinito... Toda mi vida esperé por este momento... Pero rápidamente un pensamiento me atormenta y llamo a Tierra.
-Houston, I have a problem.
-Dale boludo, hablá en español que acá nadie entiende inglés.
-Creo que no tranqué con llaves la puerta. Mándame a alguien a casa que se fije, porfa.
Listo. Ahora simplemente a disfrutar de la gloria eterna de ser el segundo uruguayo en la luna, después de Morcillo López.
Alunizo, doy un pequeño salto para un canguro, pero un gran salto para alguien con piernas cortas. Clavo la sombrilla, instalo la reposera y me siento a mirar a la nada y pensar en el todo, con aires de superioridad, con el pecho inflado por haber llegado más lejos que todos mis amigos del liceo. Literal.
Pero entre tanto éxito ya se hace presente la melancolía, recordar a los seres queridos a miles de kilómetros, recordar la familia, las risas, las comidas, el último almuerzo ese mediodía en la casa de la abuela, con su inconfundible guiso de porot... PRRRRRRRR
-Houston, atendé rápido que tengo un problema.
-Otra vez este hincha pelotas, ¿qué te olvidaste ahora? Dale, apurá que estamos en la media.
-Me rajé de un pedo, ¿cómo hago para sacar este olor a mierda del traje? ¿Hay algún botón o algo?
-Pah, la verdad que no creo... No sé si pensamos en eso, dejame chequear el manual de instrucciones a ver si hay algún método...
-Dale Houston que me estoy asfixiando...
PRRRRR, ahí va otro, el guiso de porotos fermentó.
-Manga derecha, en el antebrazo, eso que parece un control remoto del cable con pila de botones al pedo... Fijate un botón marrón, tocalo ahí a ver qué onda.
Se abre automáticamente una compuerta entre las nalgas. El frío espacial me congela hasta las pelotas, pero por lo menos ya no hay olor a pedo adentro del traje.
Gracias a Dios, un ingeniero estudió 10 años de una carrera complicada de verdad y no fue en vano. Este ser inteligente pensó en todos los escenarios posibles para que todo saliera perfecto, para que no hubieran errores. Y por suerte, era humano. Y por suerte, también se cagaba a pedos.