Bueno, conocido por todos es que soy un experto en
compras en el supermercado. De hecho he escrito un blog con varias desaventuras en el Devoto y mis lectores saben que si de algo sé en esta vida, es de hacer compras.
Me siento pues en el compromiso moral y/o ético de llevar el preciado conocimiento hacia ustedes, simples mortales, en tiempos tan difíciles, en el medio de una crisis sanitaria que nos azota fuerte y duro, cual Christian en las 50 Sombras del Grey, y donde la sobre información, muchas veces nos confunde y nos marea, cual fondo blanco de vodka con pomelo.
Como ya sabrán, soy una persona que piensa mucho y planifica cada cosa que hace. El retorno a un supermercado de grandes superficies, luego de 20 cientos de días en confinamiento total, no es algo que una persona así de intelectual, inteligente y sobre todo modesta como el susodicho pueda hacer así como si nada. Lleva toda una serie de elementos a tener en cuenta, recursos necesarios y un plan escrito en un pedazo de papel higiénico, que finalmente, para la tristeza de este humilde escritor, no dio los frutos deseados, ya que la teoría y la práctica, por lo general no tienen nada que ver.
Procedo entonces, con este lenguaje técnico y descriptivo, es decir con palabras que ni yo entiendo, a enseñarles cómo volver a un supermercado, tomando en cuenta mi experiencia, para que no cometáis los mismos herrores con h que yo he cometido. Leed este paso a paso detallado y os ahorraréis dinero, tiempo y la muerte a causa de un virus made in China.
Consejos para volver al supermercado luego de la cuarentena
El día antes
Volver a salir después de la veintena, como dijo ya Trump "It's not changa"; requiere de mucha concentración y juego previo (no me hagan volver a la imagen de Christian Grey) para estar de la mejor forma física y mental posible y lograr esquivar los obstáculos que se presenten.
En mi caso, la mañana anterior, me levanté a las 6:15 para hacer un poco de cardio en ayuna. Corrí dos minutos hasta el baño y volví a dormir hasta el mediodía.
Al despertar nuevamente, comencé a meterme de lleno en el personaje de PacMan, y a esquivar a los integrantes de mi familia, como si fueran los fantasmitas versión
coronavirus, y cada vez que me rozaban o me pasaban a menos de 1,5 metros, me auto-daba una piña en la boca, para acostumbrar el cerebro a mantener una distancia social que es sumamente crítica en este momento.
Llegado el mediodía; con el caballete partido (porque no me sale mucho eso de dirigir el puño donde quiero y terminé dándomela en el naso) y un colmillo flojo, pasé a la fase dos: maratón de The Walkind Dead de la primera temporada, estudiando y tomando apuntes sobre cómo evitar ser mordido, que llevado al plano del día D (de Devoto), sería evitar ser estornudado o tosido.
Finalizada la maratón, el ejercicio más difícil de todos. Dicen que solamente una persona logró hacerlo por más de 24 horas y fue nada menos que el propio Buda alcanzando el Nirvana: mantener las manos alejadas de la cara. Parece una pelotudez, pero en nuestro cerebro reptiliano, tenemos una constante necesidad inconsciente de chequear que nuestra cabeza siga ahí apoyada sobre nuestro cuello. Algo que con el tiempo evolucionaría al manotearse los bolsillos para ver si tenemos las 3 C.N. (Cosas Necesarias... No sé para qué mierda lo abrevio, si después tengo que explicarlo; soy idiota, soy) que son billetera, llaves y teléfono. En fin, volviendo al ejercicio, el mismo consiste en atarse las manos durante 4 horas por atrás de la espalda; simple, pero efectivo. Conviene siempre avisarle a sus familiares sobre esto, no sea cosa que les pase como me pasó a mi, que terminé siendo desatado recién al medio día siguiente, cuando mi familia notó mi ausencia y acudió al rescate.
El día D
Aquí está el meollo del asunto (que palabra que amo, meollo, lástima que no la hicieron con y).
Primer error garrafal: ponerse la mejor ropa que tengas. No, no y no de nuevo decía. Después detallaré el porqué, pero es importante que no vayan de traje, corbata y zapatos, como hice yo, que parecía que estaba yendo a un casamiento. Muchas veces la ansiedad de socializar después de tanto tiempo, nos puede jugar una mala pasada, pero es importante ir con la peor ropa que tengamos a mano. Recuerden además que a este virus elitista le encantan las personas de clase alta, vístete en consecuencia y evita que este bicho se quiera meter en tu sistema.
Segundo error, no menos importante: Ponerte los accesorios de protección antes de salir de tu casa. Es mejor llevar todo en una bolsita y armarse contra el contagio una vez que estaciones el vehículo y te encuentres listo para ejecutar tu misión. Sino es probable que cuando te quites el casco se te caiga el tapabocas al piso y terminarás entrando con un tapabocas lleno de barro al supermercado. No es necesario llevar un preservativo puesto en su lugar(cito) correspondiente. Difícilmente vayas a usarlo por unos cuantos meses; de hecho, si tienes alguno guardado en la billetera, deberías pensar en reutilizarlo para hacer manualidades.
Tercer error grave: pensar que la nafta tiene fecha de vencimiento y vaciar el tanque para ir hasta la estación caminando. Si la moto no arranca de primera después de estar varios días sin ser utilizada, prueba a abrirle la toma o prenderla con la pata.
d) Querer saludar con un beso al guardia de seguridad solo por el sentimiento abrumador que te genera ver gente nueva. De todas formas, seguramente con una piña en la boca preventiva, el patovica del super te hará recordar el ejercicio del PacMan del día anterior y volverás a ser consciente de tus acciones.
Error número 5: Pensar que tienes que tomar una bocanada de aire fuerte antes de entrar y pasear por las góndolas sin respirar hasta que se te termina el aire, para salir a volver a respirar, y así todo el proceso. No es una aventura de buceo, tienes un barbijo puesto, no un esnórquel. De todas formas, seguramente a la tercera vez que cometas este error, el guardia de seguridad te preguntará amablemente si eres estúpido, quieres que no te deje entrar más o no sabes que puedes respirar normalmente adentro de las instalaciones.
Error 5,5 : No te saques selfies frente a la carnicería. Sabemos que esto es lo más parecido a una aventura en semana de turismo que vas a poder tener, pero por tu propia seguridad, evita que el carnicero te quede mirando con cara de "¿Qué mierda hacés idiota?" mientras afila la cuchilla.
Número 6: Confundirte el perejil con el cilantro. Pero eso ya no tiene que ver con el Covid-19, hasta a Puglia le debe haber pasado alguna vez.
El after
Una vez que volvimos a casa, no podemos ponernos en modo cuarentena como si nada. Hay procesos de desinfección hacia nosotros mismos y hacia lo que compramos que deben hacerse adecuadamente.
Aquí también, algunos errores que he cometido y que pueden servirles para ahorrar dinero.
-No le echen fly a lo loco a todos los productos que compraron. Sobre todo si las verduras no estaban bien cerradas en su bolsita correspondiente. Puede que sí maten al coronavirus, pero probablemente también envenenarán a su abuelo cuando le hagan la sopa.
-No es necesario quemar la ropa con la que fueron a hacer las compras, con cambiarse de ropa y poner a lavar rápidamente lo que usaron basta. (¿Ven porque les digo que es importante no ir demasiado bien vestidos? Al próximo casamiento que me inviten voy a tener que ir de bermudas y camisa hawaiana).
-Tira los guantes y el tapabocas, no pelagatees justo en eso, pedazo de salame, menos si tienes todo el barbijo lleno de barro porque se te había caído al piso.
-Es "lávate las manos", no "lávate los dientes". Todo lo que sea extra en cuanto a higiene está muy bien, pero no basta con un cepillado en la boca.
Creo que con esto ya estáis listos para volver a vuestras miseras vidas normales, una vez que nuestro venerado presidente os haga ciudadanos libres nuevamente. Os veremos en agosto y nos saludaremos de lejitos en el supermercado. Si sobrevivéis ¿o sobrevivíd?.. Pah, ta heavy de conjugar ese... ¿Cómo hacen los gallegos? Bueh. Los dejo con eso para reflexionar y algunas de las mejores fotos de gente en el supermercado cuidándose del coronavirus con máscaras caseras.