El hisopedo

Me depilé los pelitos uno por uno, con una pinza de cejas. Me le puse talco en abundancia, crema para el cuerpo, vaselina y mi perfume más caro (una imitación del Hugo Boss traída del Chuy). Me la miré, me la inspeccioné para que en el momento de la penetración se luciera y ahora, la verdad me siento frustrado.

Todo el amor que le puse a mi naso para que la enfermera termine el hisopado en menos de un minuto.

O sea, no sé, tocámela al menos, decíme "Que nariz tan grande, nunca vi una cosa igual", no te digo que me abraces media hora después de clavarme el cotonete, pero por lo menos dame un poco de ternura, no me hagas sentir un pedazo de carne con virus.

Ni permiso me pidió, me clavó hasta el fondo un cotonete larguísimo en un agujero, me lo sacó mientras lagrimeaba; me mandó otro cotonete (o el mismo, ya de tanto llorar no podía ni ver) en el otro agujero; cuando me tocó el cererbro, lo sacó, guardó su elemento penetrante, me dijo algo que no escuché (porque estaba con el tapabocas y me cuesta horrores entender a la gente que habla de tapabocas), me despidió, me hizo prender mi vehículo e irme. Llorando. 

Llorando no solo por el toqueteo de neuronas que me habían hecho, sino por la desilusión del momento. Luego de días de cuarentena, mi primera cita fue un desastre. Un rapidín y listo. No charlas, no vinito, no series, ni mates; apenas un touch and go sin sentimientos ni compromisos y después del hisopado cada uno a su hogaaaar. Bueno, en realidad la enfermera no, yo me tuve que volver a encuarentenar. Se ve que en el toqueteo de neuronas me activó el recuerdo de la canción de Rodrigo. Efectos colaterales del hisopado.

Cuestión que en el camino a casa, me puse a pensar: ¿Qué necesidad de pasar por todo esto? ¿De salir del auto hisopado con este sentimiento de vacío existencial, de soledad, de corazón roto, de sentirme usado, manoseado, cotoneteado? Y pensando en cómo había sido violentado por la nariz, inmediatamente recordé la posibilidad del test anal. Y siguiendo con mi pensamiento, mientras esquivaba autos en mi motoneta, tuve mi momento Eureka. Tuve que frenar en el medio de la avenida y sacar el teléfono para anotarla, porque es una genialidad, así que mientras pasaban los autos a las puteadas, tocándome bocina, escribía en las notas "Hisopedo". 

¿Qué significa hisopedo? Se preguntarán... Bueno, consiste en una especie de toallita femenina, pero unisex, para meterse en el orto. Las flatulencias, todos sabemos que expulsan partículas o gotículas que palometean el calzón. Pues bien, mientras la expulsión de gases hace lo suyo, la toallita retiene ese material para analizar. Luego, simplemente se lo saca, se lo pone en una bolsa de nylon, se le escribe el nombre con marcador indeleble y se lo entrega en la puerta del servicio médico. 

Mucho más rápido y sencillo que el hisopado tradicional, mucho menos aberrante que el hisopado anal. Indoloro, no inoloro, ni incoloro probablemente, pero bueno, todo no se puede.

Sí, definitivamente tendría que haberme dedicado a la ciencia.