Antes de entrar al baño de este boliche de campaña imaginario había una cama cucheta, en la cuál me quise acostar, pero ya estaba ocupada por una pareja acaramelada. Qué gran idea poner camas en los boliches y cómo nadie la ha implementado aún... Es raro como las grandes ideas de la humanidad nos llegan en forma de sueños tanto a mi, como a otros genios de la historia como Einstein o Steve Jobs...
Pero lo más peculiar de este baile de campaña tan vanguardista, era que la barra de tragos, en realidad era la vitrina de una carnicería y de hecho eran dos carniceros quienes atendían y te ofrecían un delicioso vino cortado con coca mientras hacían chistes de carniceros (ahora no me acuerdo ninguno, pero quién ha ido a una carnicería sabe que el carnicero es el ser con más y mejor humor del mundo, probablemente para distraerte de los precios de la carne que generan una tristeza inconmensurable (no puedo creer que al fin encontré un lugar donde escribir esa palabra impronunciable))... Ahí está la jugada. Cuando sea un empresario de la noche y tenga mi propio boliche, no solo voy a contratar carniceros en vez de barmans, sino que en vez de daiquiris chetos y cosas re top voy a vender vino con Coca o vino con Sprite. Y la cama cucheta la alquilo 500 pei la media hora.
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