Pasó por allá, por los tiempos en el que el hombre era un animal salvaje (o sea, más animal y más salvaje que ahora, 'maginate) y a un simio super desarrollado y archi mega pelotudo, se le cayó un pedazo de chorizo a la fogata grupal, y de ahí surgieran los primeros asados.
Pasó allá por 1676 cuando los indios Charrúas hervían aceite para tirarle a los conquistadores y quemarlos vivos, y una pelea entre el cacique "Fritas" y su mujer terminó en una tirada de papas entre los conyugues (un hecho que en ese entonces estaba bastante normalizado, aunque hoy sería claramente catalogado como violencia de género), generando que una de esas papas cayera a la olla de aceite caliente y saliera de de allí la primer crujiente "Papa de Fritas".
Y pasó también cuando Sandra Pérez, hija del viejo Pérez, se olvidó de la leche con azúcar en el fuego por chusmear con la vecina, y nació el dulce de leche, allá por el 1876.
Pero no todo error es un éxito gastronómico asegurado. Cuando mi mamá se equivocó y me le puso sal en vez de azúcar a la leche, les aseguro que no fue un suceso del que tenga buenos recuerdos. De hecho creo que podría demandar a mi vieja por eso...
Y algunos errores en gastronomía quedaron a mitad de camino, gracias a que sobre gustos no hay nada escrito...
Cuando el CEO de la Hellmans mezcló sin querer Mayonesa y Ketchup y al probarla quedó encantado con su invento y quiso imponer la Salsa Golf en el mundo, fracasó rotundamente.
El día en que a un pizzero brasilero se le cayó parte de la ensalada de frutas a la pizza y de tanta caipirinha no se dio cuenta que tenía la pizza llena de ananá, tampoco fue un éxito, por más de que existan personas asquerosas que hoy en día comen pizza con piña.
Cuando un panadero mezcló fruta abrillantada en un pan dulce y nos arruinó las fiestas al 80% de la población mundial, queremos suponer que también fue un error y no lo hizo de manera pensada,
En fin, las historias de los origenes de las comidas más famosas de cada cultura están atravesadas por errores de todo tipo, y gracias a ellos, hoy podemos disfrutar de los sabores más exquisitos en nuestras mesas.
Y sí, yo también cometo errores, a veces. Pocas veces, pero los cometo. Y un error gastronómico es lo que me trae a contarles el platazo que me mandé: Brochettes de Pollo al champagne. Les voy a dejar aquí la receta y espero que la prueben en casa.
Brochettes de Pollo al champagne
Ingredientes:
Bolsa de Nuggets abierta
Botella de Champagne
Tomates cherry
Aceitunas
Freezer (no sé si se pone en los ingredientes esto, pero por las dudas)
Tenedor (idem a lo de arriba)
Aceite levemente quemado
Preparación:
Poner a enfriar la botella de Champagne, el más caro que tengan, en el freezer, justo arriba de la bolsa de Nuggets abierta.
Dejar enfriar.
Seguir dejando enfriar.
Dejar un poco más en el freezer hasta escuchar el PUM de la botella congelada que se parte en el freezer.
Una vez que nuestra bolsa de nuggets está llena de champagne congelado, prender el fritador con aceite levemente quemado a 190º (centígrados, o sea de temperatura, idiota; no gires el fritador, pedazo de abombao').
Fritar hasta dorar las nuggets al champagne y retirar. Retirar también los pedazos de vidrio de la botella, si los hay.
Cortar unos tomatitos cherry y pinchar con el tenedor un pedazo de pollo, medio tomatito y una aceituna.
Salpimentar a gusto.
Devorar a mansalva.
Y así es como los chetos comemos el pollo, gracias a un olvido que me pone en el top, en la creme de la creme de los mejores cocineros mundiales. Charlotte Caniggia se debe estar relamiendo al leer esta receta.
De acá a Master Chef, se sabe. Bon Apetit.
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