"Life is a cabarette" creo que cantó alguien alguna vez... Pues yo creo que en realidad "Life y a motocyclette". Eso venía pensando en un inglés afrancesado mientras estaba en el camino.
Bueno, seguramente ustedes me imaginarán pensando todo esto mientras andaba por la ruta a 90 km/h, con el viento en la cara, sonriendo y brillando con mis cabellos ondulados acariciados por la suave brisa del viaje. Pues no. Cambien esa imagen.
Resulta que tengo la rara costumbre de cambiar de roles con la moto por lo menos dos veces al año y, en vez de que ella me lleve a mi, yo la llevo a ella. Entonces pensaba en lo mucho que se parece la vida misma a la moto, mientras subía en repecho desde la Roosvelt hasta el centro de Maldonado, por la calle Dodera. Y bueno, digo que es una rara costumbre, para no admitir que soy un semejante pelotudo al que se le pasan rompiendo las motos y no sabe arreglar ni un cañito de la nafta.
Cuestión que hoy estaba haciendo mi segunda via motix del año (como la via cruxis de Jesús, pero con la moto (chiste malo no apto para cristianos ortodoxos)) y venía pensando eso. Como la vida se parece a una moto y la importancia de la fe en nuestras vidas.
Cada cual tiene la moto que puede/quiere. Cada cual tiene la vida que puede/quiere. Algunos afortunados tienen una vida/moto Harley Davidson, algunos inmaduros tendrán la osadía de luchar por un sueño y tener una vida/moto Ninja verde chillona, algunos aventureros tendrán una moto/vida Motocross, algunos hincha huevos crónicos tendrán una moto/vida cualquiera con un caño de escape ruidoso que rompe soberanamente las pelotas, algunas personas elegantes poseerán una moto/vida Vespa, algunas personas más precavidas, perseguidas y miedosas tendrán esa moto/vida de 3 ruedas, con techo, que se quiere hacer pasar por auto, pero no lo es y después, el resto de los mortales, que somos más o menos el 99,1% de las personas del mundo, tenemos una vida/moto que se parece más a una Yumbo o una moto china a lo sumo. Una moto/vida medio pelo.
Eu, todo bien con la Yumbo, te lleva del trabajo a casa y de la casa al trabajo sin sobre saltos. Te permite sobrevivir, peeeeero, cada tanto, en el momento menos esperado, cuando todo está más o menos controlado, te falla: la vida misma.
Y entonces intentás arreglarla como te sale (a tu vida o a la moto) echándole más nafta (o bebiendo más), toqueteando el pase de aire (o yendo a clases de yoga), acariciando el asiento (o masturbándote), hablando con la moto en una bien (o yendo al psicólogo), después ya cagándola a puteadas (o yendo al psiquiatra), pegándole una patada (o yendo a clases de boxeo), levantando el plástico que rompiste de una patada (o haciendo origami), metiendo mano en el motor (o cortándote los brazos), cagándote todas las manos con aceite (o comiendo más), etc. hasta que te das cuenta de que estás en tu racha negativa y tenés que aceptar que no vas a poder con tu vida/moto por un lapso de tiempo determinado. No va a mejorar. Es como cuando la luna está en sagitario o una cosa así, no tengo ni idea de signos del zoodíaco. ¿Zoodíaco tiene algo que ver con Zoológico?
Bue, no importa. A lo que voy, es que llega el momento en que decís "listo, esto está más allá de mi capacidad limitada, tengo que dejar esto en las manos del señor" (el señor mecánico en el caso de la moto o el Señor con S mayúscula en el caso de la vida) y ahí es cuando te das un baño de humildad, agarrás la moto, te ponés un pasamontañas y casco para que no te reconozcan y encarás con la motito a un costado, como cargando con tus propias culpas y pecados, a llevar resignado la moto, cinchando hasta el taller de tu mecánico de confianza / centro espiritual de preferencia. Que generalmente por alguna extraña razón te queda siempre lejísimos. Y en subida.
Y díganme si eso no es la vida... Cada tanto/poco aparecen momentos en las que todo te male sal. Parece que estuvieras remando en dulce de leche añejo (ese que dejaste en la heladera abierto por meses y te queda todo con las pelotitas de azúcar, que lo masticás y está crocante como pelo de Lali y duro como Chano) y te encontrás cinchando en subida con una moto pesada como Camilo con Evaluna, transpirando como cuando la tóxica te acorrala con la cabeza en el pecho y te dice "amor, te tengo que hacer una pregunta"... Pero créanme amigos, que en algún momento todo cambia, la mala racha se termina, llegás con fe a la casa del s/Señor y dejás todo en manos de é/Él.
Porque Dios aprieta, pero no ahorca. Y el mecánico te aprieta las tuercas, pero te desahorca los tubitos por donde no estaba pasando la nafta.
Así que si sentís que estás pasando por un mal momento, acercáte a Pare de Sufrir, que el pastor Joao Pedro Ronaldinho Do Araujo te hará volver al camino de la dicha.
Y si tenés la moto rota, acercáte al taller de Juan Pedro Rodriguez Araújo, que hará que tu moto vuelva a andar por el camino.
Con la ayuda del S/señor, tu vida/moto mejorará.
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