Nada... No sé como decir esto que voy a decir... Pero creo que es justo confesarme con mis amigos virtuales. Así que les voy a contar toda la historia completa.
Había una vez una mujer que dio a luz a un hermoso bebé un 28 de febre... Ta, no, capaz que me fui demasiado para atrás, vamos a adelantarnos unos 29 años después y...
Resulta que la otra noche salí a "tomar una", luego de varios meses de sequía nocturna... Me encontré con dos "amigos" y eventualmente. el tomar una se convirtió en tomar dos, y el tomar dos en tres, tomar tres en cuatro y así sucesivamente hasta llegar a no recuerdo que número.
Lo próximo que sí recuerdo es llegar a casa, mirar el reloj (en realidad miré la hora en el celular, reloj reloj, lo que se dice reloj, no), quejarme porque ya eran las 7 de la mañana y acostarme a dormir.
Al otro día me levanto con semejante dolor de cabeza y mareo; bajo el pie izquierdo al piso (porque cuando coloqué la cama en el cuarto, no me avivé de ponerla de tal manera que me fuera más natural bajarme con el pie derecho; y ta, ahora se me cae un huevo cambiar la cama de lugar y comenzar todos los días con el pie derecho) doy un paso... Doy otro paso, ya en dirección a la computadora (porque como se podrán imaginar, lo primero que hago cada mañana es abrir el Facebook, incluso antes de terminar de abrir bien los ojos)... Doy ooootro paso más... CHAS! Mi patita desnuda e indefensa choca contra el frío húmedo de un semejante charco de agua justo debajo de mi escritorio. Intento prender la computadora... No prende. Miro de nuevo hacia abajo, alrededor del charco de agua, buscando la luz de la zapatilla donde estaba enchufada la PC. Apagada. Voy a prender la luz de la habitación. No prende.
- Pero la puta madre!
Digo en voz alta para mi mismo.
Miro de nuevo hacia el charco de agua.
Busco alrededor, nada... Ni una botella de agua tirada, ni el termo, que dos por tres se me cae porque tengo ciertos problemas motrices, nada. Desconcertado, miro al techo, como un tarado, buscando algún agujero que explicara ese charco de agua. Nada.
Mi cabeza, aún bajo los efectos del alcohol, comienza a pensar y surge la primer hipótesis: LADRONES.
Pese a que la ciudad de Maldonado se encuentra hace días invadida por decenas de individuos de la Guardia Republicana, que andan protegiendo nuestras calles con sus uniformes camuflados y con chalecos reflectivos fluorescentes (no entiendo eso todavía, que querés? Camuflarte para que no te vean o querés marcar bobera?? Decidite hermano porque se me está haciendo tremendo un esguince cerebral al intentar comprenderte!), seguramente había sido víctima de un intento de hurto. Probablemente los ladrones habían entrado a robar, tomando agua mineral, la perra ladró, los chorros se pusieron nerviosos, volcaron casi que un litro de agua en el piso y se dieron a la fuga, sin llevar a cabo el robo.
Revisé las ventanas y puerta. No había indicios que indicaran que estaba en lo correcto. Solamente me encontré con que había saltado una llave del tablero de la electricidad, así que lo subí a lo pampa, sin revisar una mierda, y por suerte se hizo la luz. (Niños, no levanten la llave del tablero de la electricidad a lo pampa y sin revisar antes porque saltó)
En ese entonces aparece mi segunda hipótesis: ALIENS.
Seguro habían intentado raptarme cuando estaba dormido, bajaron la llave de la electricidad para que no pudiera prender la luz si me despertaba, abrieron un hueco en el techo para entrar, justo estaba lloviendo (lo cual explicaba el agua que causó ese misterioso charco), intentaron despertarme, no pudieron porque tengo el sueño pesado, intentaron levantarme a upa, vieron que jedía a alcohol, les dio asco, se fueron de nuevo por el techo, lo cerraron de manera tal que no quedaran evidencias y se volvieron a su galaxia, frustrados por no haber logrado su cometido.
Parecía una teoría acertada, por lo que me limité a prender la estufita-que-no-calienta-un-sorete cerquita del charco de agua para que se secara el piso y parte de la frazada que, al caer al piso durante la noche, también había sido víctima de la mojadura.
Al otro día, llega un amigo a visitarme y a tomar unos mates.
Lejos de haber tenido dos dedos de frente y dignarme a agarrar un trapo de piso y secar el charco, yo seguía con la estufita-que-no-calienta-un-sorete prendida en el mismo lugar, intentando que se terminara de evaporar lo que quedaba del charco de agua y se terminara de secar la frazada mojada.
Cuando entra al cuarto, veo en su cara un gesto de "Pah! Que olor muchacho!" y ahí me cae la ficha.
- Creo que me mié el domingo.
Le confieso con los ojos bien grandes, los cachetes rojos de vergüenza y cara de "Que he hecho???".
Mi amigo se apoya la mano en la cara, mueve su cabeza de un lado a otro reiteradas veces, y con esos gestos de negación se sienta a tomar mate conmigo, en una actitud más de piedad que de voluntad de tomar mate con semejante idiota.
Yo tomo una muestra del agua restante en mis dedos, la llevo a mi nariz para ser analizada: positivo. Tremendo olor a meo.
Y bueno, no sé como seguirá esta historia; supongo que acostarse borracho, levantarse y echarse un cloro abajo del escritorio sobre la zapatilla eléctrica, causar un cortocircuito que hace saltar la llave, volver a acostarse, seguir durmiendo como si nada y tardar 2 días para entender que ese charco de agua efectivamente es orina, necesita por lo menos de la intervención de un psicólogo.
Por ahora lo único que sé es que ya no sólo siento inseguridad al salir de mi hogar, sino que también me siento inseguro estando dentro del hogar, por lo que no puedo finalizar esta triste historia, sin otra frase que no sea: RENUNCIÁ BONOMI.
Había una vez una mujer que dio a luz a un hermoso bebé un 28 de febre... Ta, no, capaz que me fui demasiado para atrás, vamos a adelantarnos unos 29 años después y...
Resulta que la otra noche salí a "tomar una", luego de varios meses de sequía nocturna... Me encontré con dos "amigos" y eventualmente. el tomar una se convirtió en tomar dos, y el tomar dos en tres, tomar tres en cuatro y así sucesivamente hasta llegar a no recuerdo que número.
Lo próximo que sí recuerdo es llegar a casa, mirar el reloj (en realidad miré la hora en el celular, reloj reloj, lo que se dice reloj, no), quejarme porque ya eran las 7 de la mañana y acostarme a dormir.
Al otro día me levanto con semejante dolor de cabeza y mareo; bajo el pie izquierdo al piso (porque cuando coloqué la cama en el cuarto, no me avivé de ponerla de tal manera que me fuera más natural bajarme con el pie derecho; y ta, ahora se me cae un huevo cambiar la cama de lugar y comenzar todos los días con el pie derecho) doy un paso... Doy otro paso, ya en dirección a la computadora (porque como se podrán imaginar, lo primero que hago cada mañana es abrir el Facebook, incluso antes de terminar de abrir bien los ojos)... Doy ooootro paso más... CHAS! Mi patita desnuda e indefensa choca contra el frío húmedo de un semejante charco de agua justo debajo de mi escritorio. Intento prender la computadora... No prende. Miro de nuevo hacia abajo, alrededor del charco de agua, buscando la luz de la zapatilla donde estaba enchufada la PC. Apagada. Voy a prender la luz de la habitación. No prende.
- Pero la puta madre!
Digo en voz alta para mi mismo.
Miro de nuevo hacia el charco de agua.
Busco alrededor, nada... Ni una botella de agua tirada, ni el termo, que dos por tres se me cae porque tengo ciertos problemas motrices, nada. Desconcertado, miro al techo, como un tarado, buscando algún agujero que explicara ese charco de agua. Nada.
Mi cabeza, aún bajo los efectos del alcohol, comienza a pensar y surge la primer hipótesis: LADRONES.
Pese a que la ciudad de Maldonado se encuentra hace días invadida por decenas de individuos de la Guardia Republicana, que andan protegiendo nuestras calles con sus uniformes camuflados y con chalecos reflectivos fluorescentes (no entiendo eso todavía, que querés? Camuflarte para que no te vean o querés marcar bobera?? Decidite hermano porque se me está haciendo tremendo un esguince cerebral al intentar comprenderte!), seguramente había sido víctima de un intento de hurto. Probablemente los ladrones habían entrado a robar, tomando agua mineral, la perra ladró, los chorros se pusieron nerviosos, volcaron casi que un litro de agua en el piso y se dieron a la fuga, sin llevar a cabo el robo.
Revisé las ventanas y puerta. No había indicios que indicaran que estaba en lo correcto. Solamente me encontré con que había saltado una llave del tablero de la electricidad, así que lo subí a lo pampa, sin revisar una mierda, y por suerte se hizo la luz. (Niños, no levanten la llave del tablero de la electricidad a lo pampa y sin revisar antes porque saltó)
En ese entonces aparece mi segunda hipótesis: ALIENS.
Seguro habían intentado raptarme cuando estaba dormido, bajaron la llave de la electricidad para que no pudiera prender la luz si me despertaba, abrieron un hueco en el techo para entrar, justo estaba lloviendo (lo cual explicaba el agua que causó ese misterioso charco), intentaron despertarme, no pudieron porque tengo el sueño pesado, intentaron levantarme a upa, vieron que jedía a alcohol, les dio asco, se fueron de nuevo por el techo, lo cerraron de manera tal que no quedaran evidencias y se volvieron a su galaxia, frustrados por no haber logrado su cometido.
Parecía una teoría acertada, por lo que me limité a prender la estufita-que-no-calienta-un-sorete cerquita del charco de agua para que se secara el piso y parte de la frazada que, al caer al piso durante la noche, también había sido víctima de la mojadura.
Al otro día, llega un amigo a visitarme y a tomar unos mates.
Lejos de haber tenido dos dedos de frente y dignarme a agarrar un trapo de piso y secar el charco, yo seguía con la estufita-que-no-calienta-un-sorete prendida en el mismo lugar, intentando que se terminara de evaporar lo que quedaba del charco de agua y se terminara de secar la frazada mojada.
Cuando entra al cuarto, veo en su cara un gesto de "Pah! Que olor muchacho!" y ahí me cae la ficha.
- Creo que me mié el domingo.
Le confieso con los ojos bien grandes, los cachetes rojos de vergüenza y cara de "Que he hecho???".
Mi amigo se apoya la mano en la cara, mueve su cabeza de un lado a otro reiteradas veces, y con esos gestos de negación se sienta a tomar mate conmigo, en una actitud más de piedad que de voluntad de tomar mate con semejante idiota.
Yo tomo una muestra del agua restante en mis dedos, la llevo a mi nariz para ser analizada: positivo. Tremendo olor a meo.
Y bueno, no sé como seguirá esta historia; supongo que acostarse borracho, levantarse y echarse un cloro abajo del escritorio sobre la zapatilla eléctrica, causar un cortocircuito que hace saltar la llave, volver a acostarse, seguir durmiendo como si nada y tardar 2 días para entender que ese charco de agua efectivamente es orina, necesita por lo menos de la intervención de un psicólogo.
Por ahora lo único que sé es que ya no sólo siento inseguridad al salir de mi hogar, sino que también me siento inseguro estando dentro del hogar, por lo que no puedo finalizar esta triste historia, sin otra frase que no sea: RENUNCIÁ BONOMI.